Como dijo Ramón de Campoamor, "todo depende del cristal con el que se mire", nada es malo o bueno per se, se mueve en una espectro de grises y moralidad.
Con el caso de las redes sociales yo creo que depende de varios factores, esta claro que se puede hacer un uso educativo y laboral de estas, pero esto requiere un trabajo, a todos nos encanta decir que tenemos al algoritmo entrenado, o que a nosotros solo nos sale contenido aportativo, pero creo que no es siempre así. Esta claro que todos podemos entrenar al algoritmo de Tik Tok, para que solo recomiende contenido educativo o relacionado con tu trabajo, y es cierto que este hace accesible y más digerible mucha información, pero a su vez, dentro de un mismo tema puede llevarte a contenido sesgado, centrado en llamar la atención y a la desinformación.
Todos podemos seguir solo a cuentas que relacionadas con nuestra labor o con nuestros intereses educativos en X, pero cuanto tardara en salir en nuestro feed un tema polémico que acabara por absorber nuestro tiempo, y, puedes echar horas enteras en YouTube viendo vídeos sobre tecnología informativa, pero cuanto tiempo mantendrás la fuerza de voluntad y no acabaras consumiendo otro tipo de contenido que no sea tan educativo, si no simplemente llamativo. Y todos podemos llenar nuestros seguidos de Instagram de cuentas de carpintería, si es que nos dedicamos a esto, pero cuanto tardará la tentación de dejarnos apagar el cerebro entre miles de reels en alcanzarnos y perder horas de nuestro preciado tiempo.
Estoy seguro de que todos nosotros intentamos que nuestras redes sean lo más educativas, formativas y sanas posibles, pero no debemos olvidar que al otro lado de la pantalla, en nuestro querido Valle del Silicio, están los mejores psicólogos del planeta diseñando contenido y nuevas maneras de quedarse con toda nuestra atención, es una pelea injusta, es un robo de nuestro tiempo a mano armada, atacándonos con contenido llamativo y scroll infinito.
Hay algunas redes como YouTube están un poco más libres de estos males, ya que deja elegir el siguiente contenido a consumir y los contenidos siempre son relacionados con el video que estas viendo, y hay un montón de contenido de calidad, grandes profesionales de la divulgación y cantidades ingentes de información de calidad, pero esta claro que hay que trabajar estas redes si queremos que sean una buena herramienta, en vez de que un herrero nos de un martillo para hacer nuestra casa, tenemos que moldear el martillo que nos da para que no eche abajo nuestra casa y convertirlo en una herramienta, nos hemos convertido en los herreros de un monstruo, en los domadores de un dragón de tres cabezas que en un despiste quiere absorber todo tu tiempo posible para monetizar este, por que cuanto más tiempo pases en estas, más publicidad ves, más pagan los publicistas, y más consumes, y la rueda sigue girando.
Pero como dije al principio, no todo es malo, de nuevo, algo que digo siempre en clase y en mis conversaciones con gente cercana, yo creo que he aprendido más en YouTube que en la escuela muchas veces, no se me olvida como QuantumFracture me explico la física cuántica en 4 vídeos de 20 minutos animados, mientras mi profesora de química nunca fue capaz de que lo entendiera, o como Café Kyoto consiguió que me acercase a la sociología, sin que tuviese ni idea de que tratase esta. Hay buen contenido en estas, y hay buenas intenciones por parte de muchos creadores de estos, sin mencionar el networking laboral, como en LinkedIn, y educativo que se puede hacer en estas y la capacidad que tienen de acercarnos a todos a debatir sobre lo que nos gusta o a trabajar juntos a pesar de estar muy lejos.
De nuevo el punto esta en el uso responsable de estas y el consumo consciente de estas, por que la tecnología no es mala ni buena, es neutral, un martillo si nadie lo empuña es neutral, si alguien lo usa para pillarse un dedo es malo, y si alguien construye con este un refugio social, es bueno. Todo depende el cristal con el que se mire.
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Imagen de John Yuyi |